22.04.23 — Diario

El cumpleaños de Cami

Mientras la llegada de este fin de semana se celebra con la llegada de una lluvia que bien nos hacía falta, estoy en casa pensando en el finde pasado. Como he hecho muchas veces – la última fue en febrero – salí del trabajo el viernes y subí a Moncloa para pillar un coche que me llevó a Gijón. He estado allí ya muchas veces, por lo cual ya veo la ciudad como un segundo hogar aquí en la peninsula.

Esta vez no iba a bajar un río en kayak ni asistir a una preciosa boda. Esta vez fue para pasar tiempo de calidad con Cami para celebrar su cumpleaños. La noche que llegué, nos reunimos con Bogar y Javier, mis amigos de Madrid que se mudaron a Asturias a finales del año pasado. Al principio íbamos a tomarnos un par de cañas, ¡pero al final acabamos saliendo en condiciones!

Al día siguiente nos levantamos bastante tarde como fue debido. Luego se acercó a casa una amiga de Cami, Cris, para que fuéramos los tres al supermercado para comprar cosas para la pequeña fiesta que había organizado Cami. Con un coche lleno de comida y bebidas (y después de un incidente preocupante con las llaves del coche), los tres subimos al pico de un parque donde habíamos quedado en montar un pícnic con todos los amigos de Cami.

Nos lo pasamos súper en nuestra mesa con vistas sobre Gijón. Había empanadas, patatas, chuches y hasta calimocho (que resulta que no me gusta nada). También vinieron Andrea y Andrei, a cuya boda asistí el año pasado, así que nos echamos unas cuantas risas al recontar historias de entonces y al ponernos al día.

Aquí tenemos a la cumpleañera y Cris (pero otra Cris que la anterior mencionada).

Cuando el clima asturiano se volvió muy asturiano y empezó a hacer mucho frío gracias a una brisa del mar, recogimos todo y volvimos a casa de Cami. Allí nos tomamos una copa más, cantamos un poco de karaoke y jugamos a Jenga hasta la madrugada. Habíamos pensado en ir a un bar de karaoke, pero era una noche fría y todos teníamos sueño tras una tarde large de subir y bajar la colina.

El día siguiente mi intención era unirme a Cami y sus amigas para ir a la fiesta de cumpleaños de otra amiga de ellas, pero al despertar y revisar mi móvil descubrí que no había coches que me llevaran de vuelta a Madrid el lunes, el día que quería volver. Entonces tuve que hacer una reserva de última hora, hacer la mochila y subirme a otro coche unas pocas horas después de levantarme.

El viaje de vuelta fue muy relajado ya que pasamos por muchas montañas y eché un rato jugando a RollerCoaster Tycoon en el iPad. Hubiera leído mi libro, pero ya me lo había leído entero en unas pocas horas durante el viaje de ida. ¡Estoy intentando con todas mis fuerzas llegar a mi objetivo de leer 24 libros este año!