13.04.24 — Diario
Los tiempos van cambiando
Son once años ya los que llevo escribiendo mi blog.
Empecé al empezar mi carrera en 2013. En aquel momento buscaba contar con un espacio online en el que podría demostrar que yo no solo era el listado de experiencia profesional en mi curriculum. Quería que mis futuros empleadores supieran que hago otras cosas en mi tiempo libre, que tengo otros intereses: viajar, cocinar, fotografiar, escribir, tejer y muchas cosas más.
Empecé con el objetivo de salir con una entrada por día, una propuesta bastante absurda en retrospectiva. No obstante, logré seguir este ritmo durante unos meses, publicando un par de fotos por día con un texto acompañante que escribía apresuradamente.
Naturalmente no podía mantener esto para siempre, así que al final reduje la frecuencia a una entrada por semana. Con el tiempo, esta regla fija se relajó. Empecé a publicar siempre y cuando tenía algo de interés que contar: a veces multiples entradas por semana, a veces una entrada por mes.
Este ha sido el formato que se me ha quedado durante los últimos diez años o así. Poco ha cambiado. Es verdad que lancé la capacidad de buscar mis entradas por destino (en inglés) y empecé a meter alguna que otra entrada más reflexiva o incluso prosa ficticia, pero el formato en general ha seguido siendo el mismo.
Una cosa que sí ha cambiado ha sido el nivel de detalle que incluyo en cada entrada. Lo que antes eran unas fotos con un poco de texto explicativo se ha convertido con los años en unos recuentos detallados de mis aventuras con imágenes más cuidadas y editadas. También empecé a publicar todo en español, como esta misma entrada. Estos cambios suman a que cada entrada me lleva más tiempo en escribir, traducir y publicar.
En resumen, el blog me chupa mucho tiempo.
Recientemente estoy intentando usar este tiempo para hacer otras actividades. Me estoy aficionando al gimnasio, estoy disfrutando mucho de la natación y estoy reservando más tiempo para gozar de las cosas más sencillas: cocinar, leer y pasar tiempo con amigos. También tengo en marcha alguno que otro proyecto personal. Estos me tienen emocionados, pero desvelaré más sobre ellos cuando estén más avanzados.
Como te puedes imaginar, no puedo con todo a la vez. Algo tiene que ceder.
Aquí entra el blog. No puedo seguir con el alcance y detalle que siempre he intentado mantener, así que estoy revaluando el formato y la frecuencia con la que publico. Esto significa que estaré publicando menos a menudo, pero también espero que signifique que publicaré contenidos de mejor calidad.
Mi idea a partir de ahora es no empeñarme tanto en explicar los detalles pequeños de lo que he estado haciendo, sino cambiar a un resumen más entretenido de los mejores (y peores) momentos de mi vida cotidiana, mis viajes y mis otras travesuras – ¡de los cuales habrá aún más este año!
Es verdad que me encanta sacar fotos y que me encanta escribir, así que no existe riesgo ninguno de que deje el blog abandonado en ningún momento. Solo me hace falta reimaginar el formato un poco para que no esté constantemente consciente de la cantidad de fotos y noticias sin publicar. Quiero disfrutar de escribir en mi blog de verdad, no preocuparme siempre por el listado creciente de entradas pendientes.
Por eso, los tiempos van cambiando, pero al final no están cambiando tanto.