11.02.23 — Diario

De Madrid a Gijón

Mi anterior entrada de blog trató de mi última visita a la casa de mis tíos antes de que la vendiesen a mudarse de vuelta al Reino Unido, pero ya me encuentro con otro viaje que contaros. Esta vez estoy viajando al lado opuesto de la peninsula, hacia el norte y la ciudad de Gijón. Mencioné antes de navidad que mis amigos Bogar y Javier estaban con las últimas preparaciones para mudarse a Asturias, así que este viaje supuso la primera oportunidad de verlos en su nueva casa.

Para ir a la ciudad salí corriendo del trabajo el viernes y me acerqué a Moncloa para pillar un BlaBlaCar. Me recogió un tal Juan que enseguida arrancó una conversación entre los cuatro que íbamos en el coche. Me puse a hablar con otro pasajero que me contó como había trabajado en el teatro toda su vida, en primer lugar como actor y luego en el diseño y producción del decorado. Me acordaba de mis días currando en un teatro de mi pueblo.

Llegamos a Gijón mucho antes de lo previsto, lo caul despistó a Cami, mi buena amiga que sería mi anfitriona durante el finde. Saqué las pocas cosas que llevaba de la maleta mientras ella acababa sus gestiones y como acto seguido los dos cogimos un taxi a la playa para reunirnos y cenar con Bogar y Javier.

Tras un par de bebidas en la barra, nos pusieron una mesa a los cuatro y empezó nuestra cena. Yo había tenido un día muy pesado entre el trabajo y el viaje largo y sabía que Bogar y Javi tenían que hacer unas gestiones el día siguiente, así que había supuesto que sería una noche tranquila. ¡Vaya equivocación!

Una vez contentos gracias a la sidra, Javi dijo que deberíamos salir de fiesta ya que los planes que tenían para el día siguiente se habían tumbado. Estábamos en plena cena con comida rica y buena compañía, así que no pusimos ninguna pega al plan. Después de cenar, nos acercamos a un bar cuyo dueño era amigo de Javi. Allí nos tomamos unos daiquiris de fresa buenísimos y partimos a bailar en un par de discotecas.

Lo mejor de los cócteles fueron las nubes enorme que habían echado encima.

Sobra decir que no dormí temprano como me había imaginado, pero nos lo pasamos fenomenal. Hubo musica buena, copas ricas y me encantó que Cami pudiera conocer a Bogar y Javi ahora que los tres viven en la misma ciudad. Lo malo de todo esto fue que el día siguiente Cami y yo nos encontrábamos exhaustos, así que nos quedamos por casa casi todo el día, salvo una visita rápida al supermercado a por comida para Luke, el perro de Cami.

El domingo nos encontrábamos como nuevo. Salimos por la tarde a visitar el piso de Bogar y Javi, un apartamento bonito cerca de la playa en el que habían entrado ya en diciembre. Tras hacer el tour, acabamos en un bar cercano para tomarnos un aperitivo que luego se convirtió en una tarde pasada entre bar y bar.

El día siguiente fue lunes así que tuve que volver al trabajo, aunque fuera a distancia desde el salón de Cami. Pude salir una hora a comer así que Cami y yo nos aceramos a una sidrería cerca de casa. Allí comimos unos platos deliciosos pero bien pesados, entre ellos un caldo, una churrascada y arroz con leche.

Tras ponernos finos, volvimos a casa para que pudiera acabar el día laboral. Una vez desconectado, hice la mochila y luego Cami me acompañó hasta un aparcamiento cercano para que pudiera coger mi coche de vuelta a Madrid.

He de decir que me lo pasé pipa en Gijón con Cami, Bogar, Javi y sus amigos. Los planes fueron muy espontáneos, como tiene que ser en visitas cortas como esta. Tengo que darle las gracias a Cami por acogerme en casa una vez más y destaco también que ando con ganas de invadir la casa de Bogar y Javi en cuanto tengan montada la habitación para invitados…

De vuelta a la capital, he vuelto a la rutina cotidiana del trabajo, la natación y los planes con amigos. Como últimamente no he parado, he decidido tomarme unos findes para descansar sin viajar ni hacer grandes planes. Este fin de semana parece que lo único que hago es limpiar la casa y hacer alguna que otra gestión, ¡cosa que me está viniendo muy bien por ahora!

Aquí un selfie gratuito en el frío pero con algo de sol.

Todo esto quiere decir que lo más probable es que no haya mucha actividad aquí en mi blog. No te preocupes, sin embargo, porque tengo algunas ideas para otras entradas que aprovecharé para compartir más fotos e historias de estos últimos meses. ¡Estáte al loro!