01.12.23 — Diario

Cosas del trabajo

Ya de vuelta a España después de mi viaje por los Estados Unidos, no había descanso para mí ya que tuve que volver al trabajo el lunes, el día después de mi aterrizaje. Eso estaba bien, pero luego el jueves tuve que volver a irme de Madrid porque me habían invitado a un evento.

Este viaje corto me llevaría a Cuenca, una ciudad que visité en un día con mis compañeros hace un par de años. Esta vez, sin embargo, me quedaría una noche.

Justo después de acomodarme en mi propia cama, tuve que ir a dormir en otro sitio.

El evento en cuestión fue organizada por la AUGAC, la Asociación de Profesionales de Gabinetes de Comunicación de Universidades y Centros de Investigación del Estado Español. El evento trataba de la comunicación visual y la promoción institucional, así que me invitaron a contar el proyecto de marca que realizamos en Erretres para UDIT.

El viaje a Cuenca casi empezó da manera catastrófica. Otra vez me vi confundido por el lío que está siendo la redirección de trenes de Atocha a Chamartín-Clara Campoamor. Me pasó lo mismo que me pasó al ir a Murcia a principios del año: llegué a Chamartín por los pelos. El viaje en tren luego fue rápido y sin incidencia. Al llegar en Cuenca me subí a un taxi con otra ponente para que nos dejara en el Parador bonito que habían reservado para nosotros.

El Parador era muy grande y muy bonito.

Después de dejar mis cosas volví a salir del hotel para acercarme a un restaurante por el casco viejo en el que me habían invitado a comer. Hacía un tiempo malísimo, con lluvia y viento de sobra, pero el camino por la ciudad me ofreció unas vistas bonitas y luego la comida fue fantástica.

Desde el restaurante bajamos al espacio del evento y en nada ya me encontré encima del plató y hablando del proceso de cambiar la marca de una escuela asociada para que pudiera transformarse en una universidad independiente. Estuve en compañía de otros ponentes muy inspiradores a los que pude conocerles bien después de las charlas. Para facilitar el networking hubo una cata de vinos y luego una cena maravillosa en otro restaurante de la ciudad. ¡Un día redondo!

El día siguiente me levanté tan tarde que me perdí el desayuno y luego casi me perdí el tren ya que el taxi que había reservado llegó muy tarde. La taxista lo pisó fuerte, sin embargo, así que llegue a la estación de tren y a mi AVE a Madrid justo a tiempo. Menuda semana de prisas…

Luego hubo más cosas del trabajo a disfrutar la semana siguiente. Entre ellos figuró un evento especial interno para celebrar nuestro cambio de marca, para el cual pasé un rato con mi compañera montando un regalo para el equipo. Este paquete incluía entre otras cosas un tarjetón con una goma que usamos para lanzarnos bolas de papel durante el desayuno de empresa.

Un par de días después fui de excursión con unos compañeros para visitar a uno de nuestros clientes. Tenían un puesto en la Global Mobility Call, una feria internacional que reunió a las empresas más importantes del sector de la movilidad. Pasamos una mañana por la feria aprendiendo sobre el futuro de la movilidad y probando las nuevas marquesinas de autobús de la comunidad de Madrid.

Para acabar la semana tuve un viernes ajetreado. Hugo había conseguido unas entradas gratis a «Bailo Bailo», un musical que celebra la vida de Rafaella Carrà, cuya música siempre me ha gustado. La función me encantó, pero tuve que largarme durante el descanso ya que tenía que cruzar el centro para llegar a otro teatro a las 8pm. Allí había quedado con Nacho, que estaba visitando desde Praga, en ver otra función.

Al final nuestra tarde fue algo distinto a lo que pensábamos. Al llegar al teatro nos avisaron que la obra duraba cuatro horas y Nacho tenía que estar en casa sobre la medianoche para poder marcharse a coger un vuelo temprano. Por eso decidimos abandonar la función e irnos a cenar en su lugar. Así por lo menos podríamos aprovechar de las pocas horas que teníamos para hablar y ponernos al tanto en condiciones. Al final se unió una amiga suya y los tres nos lo pasamos pipa.

Dejo esta entrada por aquí, sin embargo, ya que el día siguiente llegaron un para de visitantes a Madrid y lo que acabamos haciendo merece su propia entrada…