27.10.22 — Diario

Citas musicales y parques de atracciones

Al volver mis padres al Reino Unido, tenía una plenitud de otros planes entretenidos para mantenerme ocupado. Tras mi viaje a los Estados Unidos y Canadá, había decidido hacer más cosas y vivir más experiencias, ¡así que no dudé en apuntarme a un concierto de Arcade Fire con Carmen!

Quedamos una tarde en un bar ajetreado justo al lado del Wizink Centre, el auditorio principal de Madrid en el que había ido a ver a Queen con Danni en verano. Nos tomamos un par de cañas para animarnos un poco y luego salimos con el resto de la gente al acercarse la hora del concierto

Resultó que nuestras butacas se encontraban a lo alto de los vomitorios, pero me quedé contento ya que eso significaba que podía disfrutar del espectáculo de luces en su totalidad. Si me conoces sabrás que me encanta fijarme en la iluminación durante cualquier evento en vivo. Luego salió Arcade Fire al escenario y empezaron a tocar una serie de unas de sus canciones que más me gustan junto con unas joyas nuevas que descubrí en vivo.

Fue una experiencia brutal, desde el estilo único del grupo que mezcla todo tipo de estilos al espectáculo visual del escenario y la iluminación. Cambiaban entre el escenario principal y una plataforma más pequeña en medio de la pista, llegando hasta allí pasando directamente por el público. ¡Fue una verdadera pasada, Carmen y yo lo pasamos súper bien!

El siguiente finde tenía otro plan. Esto supuso un viaje con un amigo al Parque Warner, un parque de atracciones enorme en las afueras de Madrid que visitamos Danni y yo por primera vez el año pasado. Al final no podía venir mi amigo porque se encontraba malo, pero en un momento de espontaneidad e improvisación llamé a otro amigo que vive cerca de mí. ¡Apenas le dio tiempo para vestirse y bajar a coger el autobús conmigo y así acompañarme en esta excursión!

Le lié para que se subiera a esta conmigo, lo cual no le sentó muy bien.

La atracción de Superman fue nuestra favorita: ¡nos subimos cuatro veces!

Nos divertimos mucho en el parque. Entre los momentos graciosos se destaca la comida, durante la cual nos echamos a reír al ver a una familia en la terraza volverse loca y empezar a sacudir las manos y gritar mientras les atacaba una abeja bien persistente. No podíamos parar de reír mientras les veíamos entrar en pánico, cosa que igual debería hacernos sentirnos mal, pero bueno, podían haberse cambiado de mesa…

El resto de las atracciones también fueron una pasada, todas menos una de agua a la que Álvaro quería subirse. Esta nos empapó por completo. Tuve que controlarme bastante para no acabar soltando todo tipo de barbaridades a lo largo del viaje dolorosamente lento durante el cual nos rocían con agua los espectadores, los chorros de agua y otros instrumentos de la tortura.

Al acabar el día nos acercamos al espectáculo de la Loca Academia de Policía. Había visto este cuando visité con Danni, pero los trucos que hacen con los vehículos y la comedia mala eran igual de divertidos esta segunda vez.

El sol se puso durante el espectáculo, pero aún gozábamos de temperaturas de los finales de verano así que podíamos seguir disfrutando de la oferta del parque hasta su cierre. Dimos una última vuelta por el parque, subiéndonos a otra montaña rusa y luego perdiéndonos el desfile nocturno gracias a la app que ponía una hora que no era. ¡Vaya!

Saliendo del parque y su bonita iluminación nocturna, tuve que esperar apenas una semana para mi siguiente experiencia en un parque de atracciones. Para esta excursión, me acerqué al Parque de Atracciones (vaya nomenclatura más aburrida) en la Casa de Campo. Allí me reuní con mi compañera María y los dos echamos un día súper divertido. Nos subimos a todas las atracciones múltiples veces y gozamos al máximo las 10 horas de apertura.

Uno de los momentos más graciosos fue en la atracción en la que estoy sentado en la foto de arriba, una maquina que giraba por los cielos sobre Madrid y que ofrece algunas de las mejores vistas sobre la ciudad y la sierra. La experiencia se nos hizo muy graciosa ¡y estuvimos riendo de principio a fin!

Otro momento destacado tuvo lugar en los rápidos. Había convenido a María a que me acompañara en la atracción y luego conseguí liarla a que se quedara para dar otra vuelta ya que no había cola cuando volvimos a la estación. Grabé este segundo viaje en su totalidad, durante el cual María fue calada por una ola desgraciada. Incluiría el vídeo aquí, pero mejor que no lo haga por pena de muerte…

Bueno, con todo esto, pongo fin a otra entrada de blog y sigo poniéndoos al tanto con todo lo que he hecho últimamente. Estáte al loro para la siguiente, ¡espero no tardar mucho!