18.07.21 — Diario

Un rato fuera, mucho tiempo dentro

La entrada de hoy, a pesar de que recopila los sucesos de las tres semanas pasadas de mi vida, será bastante cortita. Será así porque os escribo tras casi dos semanas de una enfermedad de la cual estoy justo empezando a mejorarme, pero os contaré algo más del asunto al final de esta entrada.

Por ahora, empecemos en el centro de Madrid, donde Sara y yo habíamos quedado para cenar en Gracias Padre, un sitio mexicano que he visitado unas cuentas veces y que nunca decepciona. Nos pasamos un poco a la hora de pedir, pillando un entrante de queso fundido con chorizo y luego una quesadilla gringa y unas flautas de pollo – ¡pero estuvo todo muy rico!

Un sábado de comida rica con buena compañía y en un entorno agradable.

El día siguiente salí a hacer algo que hago rara vez – comprar ropa. Tras pasar por Uniqlo a comprarme alguna prenda nueva subí al barrio de Chueca, donde comí en una terraza y pasé por Lush antes de coger una bici y volver a casa para luego echarme al césped en las orillas del río y tomar el sol.

Bueno, así era mi plan hasta recibir un mensaje de Laura – una amiga que se mudó a Miami hace un par de años – diciendo que estaba de visita por Madrid un mes. No iba a desaprovechar de la oportunidad de verla esa misma noche, así que me volví a montar en bici y subí al Templo de Debod para ver el atardecer y ponerme al día con ella y un amigo suyo.

Al salir del trabajo el día siguiente, volví a bajar al río, ya que me había gustado el ambiente veraniego el día antes. Pasé un par de hora tomando el sol, hablando con mi familia por teléfono y tomando una cerveza mientras observaba un grupo de perros jugando. Se fueron todos menos un rubio, así que le saqué una foto mientras su pelo brillaba en la luz dorada de la tarde.

Con las temperaturas altas por la ciudad, pasé la mayoría de los días siguientes dentro de la casa, donde miraba los colores del atardecer una noche y luego fui a ajustar los colores de mis luces para crear una serie de degradados bonitos. Mi noche fue interrumpida, sin embargo, al pasar Inglaterra a la final de la Eurocopa – mi hermana me llamó por FaceTime para compartir el ambiente y la emoción del pub en el que estaba viendo el partido.

El día siguiente, sin embargo, me puse enfermo con alguna infección misteriosa del estómago. Tras unos días de reposo intentando solucionarlo yo solo en casa, acabé en urgencias con dolor gastrointestinal muy grave, todo esto mientras tenía que estar viendo la final de la copa. Esto supuso justo el comienzo de una semana algo horrible, en la cual hasta investigaron la posibilidad de que fuese el coronavirus.

Tras varias llamadas con mi médico de familia y otra visita a urgencias en la cual casi me ingresaron, por fin han podido identificar lo que tengo y me han puesto el antibiótico correspondiente para ir ya mejorándome. Quiero volver al trabajo lo antes posible y luego estar al cien para mi viaje a Asturias para volver a estar reunido con Kevin y Cami en Asturias tras casi tres años sin verle a Kevin.

Me gustaría concluir esta entrada de blog dando las gracias a mis amigos, familiares y compañeros que me han apoyado mucho durante este rato feo. También quisiera expresar mi admiración y respeto profundo por los profesionales que me atendieron – todo fue muy rápido y con mucha compasión. La sanidad publica aquí es una maravilla, tenemos que hacer todo lo posible para protegerla.

Me quedan unos días de reposo y mejora, pero seguro que en nada estaré de vuelta con historias de lo que consigo hacer – ¡espero no decepcionar!