12.08.19 — Diario
Trabajo, fiestas y comida
Desde mi vuelta de Alemania hace casi un mes ya, he pasado por unas semanas muy ocupadas en el curro. Entre la salida de mis compañeros para las vacaciones y las últimas entregas de cosas ya que que los clientes se van para el verano, hemos estado todos trabajando mucho, y por eso no he tenido un momento para sentarme y actualizar mi blog.
Estos días de mucho trabajo me han obligado a salir tarde de la oficina, pero eso sí que ha tenido sus beneficios. Los alrededores de mi oficina son un sitio bonito en el cual ver la puesta del sol, podía ir con mi compañero a casa en su coche y estar en la oficina tarde me inspiró…
Al terminarse una de las semanas más ocupadas, se me ocurrió invitar a mi amigo Bogar que vengase a la oficina para pasar el viernes por la tarde relajándonos en la piscina. Así podíamos ponernos al día y sentir como sí fuésemos de vacaciones después de una semana dura.
Después de despedirme de mis compañeros, acabar unas cositas y apagar mi iMac, llego Bogar a la oficina, y abrimos unas cervezas y aperitivos que había comprado más temprano en el día. Le dio el tour de la oficina, incluyendo de las salas subterráneas que quedan sin usar aún, y luego volvimos al jardín para pasar unas horas comiendo, cotilleando y nadando.
La fiesta en la piscina supuso una manera muy buena de relajarnos y darle la bienvenida al finde, pero después de coger el autobús de vuelta al centro, ya era la hora de pasar dicho finde a solos en casa. Una cosa que me encanta hacer para relajarme es cocinar, y por curiosidad tenía una caja de champiñones en casa y muchas ganas de comerme un risotto. Quedó muy claro lo que hubo que hacer, y me puse a preparar el primer risotto que había hecho jamás.
Tengo que decir que estaba muy orgulloso del resultado, aún más porque fue la primera vez que había preparado el plato. No soy muy fan del arroz, y no es un plato que usualmente consideraría, pero salió bien y me gustó mucho.
El día siguiente, decidí salir de mi casa, y me reuní con mi amigo Leo en el centro para tomar algo. Enfrentándonos al calor madrileño veraniego, nos pusimos al día en una terraza bonita, después de lo cual me invitó a cenar unas hamburguesas deliciosas en un sitio de al lado. Es tan majo, ¡y siempre sabe en dónde mejor se come!
El finde pasado ha sido igual de tranquilo, durante el cual cociné, charlé con amigos y di un paseo por el lago de la Casa de Campo para relajarme aún más. Ese plan tranquilo refleja bien lo que va a pasar durante esta semana laboral, ya que solo voy a trabajar tres días por haber cogido el puente.
Claro que intentaré aprovechar al máximo los cinco días libres, pero no tengo los planes 100% confirmados aún, así que no comparto nada aquí el día de hoy. Tranquilos, sin embargo, porque por supuesto que volveré para poneros al día sobre lo que sea que acabo haciendo…