10.04.23 — Diario
Paseos antes de la Semana Santa
Tras un tiempo fuera de Madrid, en concreto en Praga y luego en mi pueblo, fue un gusto volver a pasar un tiempo en Madrid antes de que llegara la Semana Santa. Ahora que las temperatures están rodeando los 20°C durante el día, realmente ha llegado la época de aprovechar todo lo que ofrece Madrid.
El mismo día que volví de Inglaterra hacía un día estupendo así que me dejé liar por Sara y Eric y me acerqué a tomarme algo en una terraza con ellos. Subí a su barrio tres deshacer la mochila y echamos una tarde maravillosa hablando y viendo el atardecer sobre la calle donde viven los dos.
Tanto moverme y exponerme a las distintas temperatures de cada destino al final tuvo su contra, sin embargo. Una semana me la eché entera en casa con un resfrío que no se me quitaba, pero por lo menos aproveché este tiempo para instalar unas nuevas bombillas de colores en mi piso. ¡Justo cuando estaba empezando a pensar que ya no cabía más!
Pasados unos días de confinamiento en mi piso colorido, ya me volví a encontrar como nuevo. Ahora no había excusas para no volver andando a casa bajo el sol antes de que ese mismo sol empiece a subir las temperaturas a un nivel exagerado. Un paseo de estos me llevó por el barrio cercano de Lavapiés, en donde me alegré al ver que las hojas de los árboles habían salido y que unos vecinos habían colaborado para instalar banderines en una de las calles.
Entre todo este lío también pasaron muchas otras cosas: la fiesta de cumpleaños de Luisa, unas tardes con Pedro por mi barrio, la procesión de Semana Santa que pasa por mi calle y mucho más Lo que pasa es que no tuve la oportunidad de sacarle una foto a casi nada. Últimamente tengo la sensación de no haber podido sentarme ni cinco minutos a darme cuenta de lo que está pasando ni dónde estoy.
Pude ponerle solución a esto, sin embargo, gracias a una visita muy especial la semana pasada. Más sobre eso en mi próxima entrada de blog…