27.06.23 — Diario

Una vuelta lluviosa a Madrid

Tras una semana sorprendentemente cálida y seca en el Reino Unido, mi vuelta a Madrid no gozó de un clima tan agradable. Se pusieron a prueba mis nuevas zapatillas al andar por las calles empapadas de Madrid durante la semana, hasta llegar a un crescendo lluvioso el viernes por la tarde.

Salí del trabajo con mi compañera Clara y los dos nos subimos al metro a Retiro, el lugar donde se estaba celebrando la Feria del Libro de Madrid. Habíamos quedado en ir a ver a nuestro compañero Carlos, que acaba de publicar su primera novela así que se encontraba en la feria firmando copias de la misma.

Como buen inglés diría que es el Shakespeare de la oficina.

Echamos unas risas y un buen rato hablando con Carlos hasta la cola detrás se empezó a extender demasiado y el cielo se volvió demasiado gris. Clara y yo nos fuimos por distintos lados y pasados tan solo cinco minutos de andar solo me encontré bajo una de los diluvios más importantes que he experimentado en todos mis años viviendo en Madrid. Llegué a la parada de autobús absolutamente calado, ni las nuevas zapatillas habían podido aguantar la que cayó…

La foto no hace justicia al río en el que se había convertido la calle.

El resto del finde no paraba de jarrear. Sobra decir que no hice mucha cosa, con la excepción de una sola salida que efectué agarrando fuerte el paraguas. No fue la excursión más demandante que he hecho, solo bajé al Matadero para ver una exhibición que estaba en su última semana, pero valió la pena.

La obra que quería ver se titulaba La hoja. Cubría uno de los espacios dentro del Matadero en una superficie de madera que tenía una esquina levantada. Esta estaba iluminada – cosa que me generó mucha alegría – con una serie de focos coloridos que invitaban a que te subieras encima a explorar. Era una intervención sencilla pero me gustó mucho.

Luego pasé el domingo por la tarde con Sara pasando por una serie de bares en Lavapiés para evitar la lluvia y probar unas cervezas tostadas sin alcohol y las tapas gratuitas con las que vienen acompañadas. ¡El concepto del tapeo me sigue teniendo enamorado y bien atado a Madrid! Fue una tarde maravillosa y al final solo empezó a llover cinco minutos después de que los dos llegáramos a nuestras casas. ¡Toma!

Siguió otra semana tranquila y lluviosa, cosa que al final me vino bien ya que conscientemente iba ahorrando energías para el gran evento de la semana ese viernes: ¡la competición anual de natación! A María (una amiga que nada conmigo) y a mí solo nos habían conseguido liar para que participáramos con la promesa de cervezas y tapeo después…

Todos (nosotros incluidos) nos quedamos sorprendidos entonces ¡cuando nuestro equipo ganó! Habíamos llegado bromeando que íbamos a ser los animadores del evento, pero al final puntuamos muy bien en muchas pruebas junto a otros compañeros que, he de admitir, eran mucho mejores que nosotros.

Nos echamos unas risas durante la ceremonia de entrega de las medallas y al saltarnos todos a la piscina después. Luego nos acercamos a un bar cerca de la piscina y echamos un buen rato conociéndonos. A pesar de nadar dos veces a la semana con esta gente, por fin tuvimos la oportunidad de descubrir más sobre cada uno más allá de lo que se puede contar entre largos y con los oídos tapados de agua.

Siguió otra semana tranquila bajo cielos nubosos, pero por lo menos el mal tiempo me dio la oportunidad de intentar algo que llevaba tiempo queriendo probar: hacer croquetas. Muchos extranjeros, yo incluido, pensamos al llegar que las croquetas llevan queso u otras cosas, así que me sorprendió aprender lo sencilla que es la receta – ¡pero luego me fijé en lo complicado que iba a ser el proceso de elaborarlas!

Me alegro decir que me salieron bastante buenas, aunque sí que es verdad que me pasé de nuez moscada y taquitos de jamón. Desde este primer intento ya las volví a hacer y me han salido incluso mejores: más crujientes por fuera y más cremosas por dentro. Yo solo espero que este logro cuente algo en este proceso aparentemente eterno de volverme en un ciudadano español de una vez…