20.10.19 — Diario

Mis tíos me visitan

Desde la última visita de mis tíos en mayo, cuando se quedaron unos días para dividir su viaje de vuelta al Reino Unido, han estado viviendo en Inglaterra durante el verano. Con la vuelta del frío, sin embargo, les ha tocado volver a su apartamento en Murica, ¡y por eso han vuelto a visitarme!

My uncle, me, and my auntie in Sol, Madrid.

Tras una llegada complicada en la cual se perdieron buscando el parking, por fin tuvimos la oportunidad de ponernos al día con unas raciones en un bar local. Los dramas de la llegada, sin embargo, no nos dejó con mucho tiempo así que pronto nos acostamos a descansar en preparación para las exploraciones del día siguiente.

El día siguiente era un lunes que había cogido de vacaciones, así que nos aseguramos de aprovechar del tiempo y visitamos algunos de nuestros sitios favoritos en el centro. Paseamos por el palacio real, las calles de Malasaña y hasta encontramos una parroquia y una cripta que nunca había visto.

Looking over Madrid's royal palace.
The inside of a Madrid crypt, with burial vaults, pews, arches, and a chandelier.

El ambiente de la cripta fue distinta del de las calles arriba.

Graffiti on the facade of a building in the Malasaña district of Madrid.

Para comer, no pude pensar un un sitio mejor que Casa Julio, un bar animado en Malasaña. El sitio es conocido por sus raciones deliciosas, así que pillamos una de picadillo, una ensaladilla rusa y una selección de algunas de las mejores croquetas del barrio.

A sign reading "Boncista" and "Niquelador".

Cuando estábamos llenos, era hora de relajarnos, y para eso fuimos al lago. Había ido con mis padres la última vez que me visitaron, y habían alabado una jarra de sangría que compartimos en las orillas, así que hice lo mismo con mis tíos.

Al recargarnos, pensé que sería una buena idea caminar de vuelta a mi casa por el río, y yo pensé que tardaríamos 45 minutos como mucho. Tras pasar por los escombros del Estadio Vicente Calderón, no obstante, me di cuanta de las mentiras de Google Maps – ¡aun quedaba muchísimo por caminar!

A stand of the abandoned Atlético de Madrid stadium.

Una vez cogido un tren para quitarnos el último tramo del viaje, fuimos a un bar local para cenar, ya que habíamos gastado toda nuestra energía durante la vuelta a casa. Luego tuve que acostarme temprano, porque el día siguiente tuve que madrugar por el trabajo.

Después del trabajo, me reuní con mis tíos para tomar algo en el centro. Fuimos a La Venencia para unas copas de vino y unas tapas, y luego encontramos un bar de toda la vida por Lavapiés en el cual cenamos unas patatas bravas y una ración de albóndigas.

El miércoles por la mañana, tuve que despedirme de mis tíos cuando volvieron a su coche y empezaron su viaje a Murcia. Fue un placer recibirlos en Madrid una vez más, y tengo muchas ganas de volver a Murcia dentro de muy poco para descansar con ellos en la costa.

La semana siguiente consistió de mucho curro y mucha fiesta, pero os pondré al día con respeto a eso en la próxima entrada de blog. Hoy, pienso pasar el domingo haciendo lo mínimo posible – bueno, excepto quizás hacer un pastel.