12.10.19 — Diario
Galletas y gastos innecesarios
Hace un mes ya que no os cuento todas las novedades de la capital española, y por eso estoy de vuelta con un resumen de los eventos de las últimas semanas de aventuras. Ha consistido en comer mucho, explorar y gastar bastante después de cobrar…
La primera excursión consistió en unas horas en Parquesur con Bogar. Los dos habíamos pasado la mayoría del finde en mi piso, así que el domingo por la tarde ¡queríamos estar en cualquier sitio que no fuese mi piso!
Tras pasar por mis tiendas preferidas y comprar un libro sobre la gramática española, me permití el lujo de un “trozo de pizza” hecho completamente de chuches. Bueno, eso es lo que creía. Resulta que el “trozo de pizza” se había rellenado con una base de poliestireno. ¡Había sido engañado!
Una vez recuperado de esta injusticia descarada, los dos fuimos a cenar ramen y té verde en las orillas del lago. Después volvimos a mi piso, y me fui a dormir en preparación para otra semana laboral muy ocupada.
El finde siguiente también era bastante relajado, consistiendo en mucho vaguear por mi piso y unas copas de vino con mi amigo Jhosef en el centro y luego en mi casa.
El jueves de dicha semana, mi compañera Blanca y yo habíamos quedado con una ex compañera y amiga Soyoung, cuya boda habíamos atendido más temprano este año. Los tres disfrutamos unas copas y una cena en el barrio de La Latina, el cual se veía muy bonito en la luz del atardecer cuando llegamos.
Después de otro viernes en la oficina, Bogar y yo empezamos bien el finde cuando nos reunimos para desayunar en un bar local. Tras desayunar, volví a casa y hice otra bandeja de algo más dulce – ¡unas galletas caseras! Siguiendo una receta que llevo un rato desarrollando y perfeccionando, creo que por fin tengo el balance perfecto entre crujiente y masticable.
Nota: si te gustaría que empezase a publicar unas recetas mías para hacer repostería o platos rápidos perfectos para vivir solo, ¡cuéntame a través de este cuestionario!
El día siguiente y volví a ir de compras con Bogar, esta vez al IKEA. Llevo bastante queriendo coger algunas cositas más para la casa, así que al cobrar decidí que tocaba convertir mi casa en un hogar de verdad.
Tras comprar muchas más plantas que debí y molestar al taxista cuando llenamos su coche con las plantas enormes que salen en la foto arriba, por fin instalé en mi casa una mesilla de centro, una alfombra y la nueva vegetación. ¡Creo que ha progresado bien desde que empecé a decorar hace unos meses!
Por fin también instalé unas ruedas en la mesa en la cual está mi tele, lo cual hice para poder sacarla y verla directamente del sofá cuando me tumbe. Después de un momento “eureka”, sin embargo, ¡me di cuente de que también puedo mudar la cosa entera a mi habitación y ver la tele allí también! Nada hace un hogar más que poder ver la tele desde la cama los domingos por la mañana…
Esto nos lleva a la semana pasada, cuando mi ex compañera Elena y yo quedamos para ponerlos al día y tomar una cañas. Acabamos en Lavapiés, uno de mis barrios favoritos de Madrid, y cenamos unas pizzas riquísimas en NAP Pizza – ¡vale la pena visitar el sitio si pasas por Madrid!
Creo que ya os he puesto al día con respeto a las frivolidades de mi vida. Me encantaría compartir más detalles de lo que estoy haciendo en la oficina, porque han sido unas semanas intensas pero emocionantes, pero por temas de confidencialidad no puedo decir mucho. ¡Solo os digo que hay mucho por venir!
Mientras escribo esto, acabo de despedidme de mis tíos que han estado de visita durante unos días, por lo cual la próxima entrada de blog tratará de su visita y lo que hicimos durante los días que pasaron en la ciudad. Ahora mismo debo dejar de escribir, porque he quedado con un amigo y tengo que salir. ¡No hay paz para los impíos!