13.11.21 — Diario
Luz Madrid
Aviso de epilepsia: esta entrada contiene vídeos que incluyen luces intermitentes.
Después de una semana ocupada, este finde me trajo muchas cosas que hacer a pesar de la empeora en el tiempo ya que vamos de rumbo al invierno. Digo invierno y no otoño porque parece que en Madrid el tiempo pasa de la primevera y el otoño: ¡o hace un calor infernal o un frío insoportable!
A pesar del frío había quedado con unos compañeros para salir a cenar, ir de copas y luego acabar en un bar de karaoke. Hacía tiempo que no salía y aún más que no había ido a mi bar de karaoke preferido.
El día siguiente había evitado la resaca por milagro, así que me reuní con otros amigos para ver una obra de teatro escrita, dirigida e interpretada por la novia de uno de ellos. La comedia, llamada Reset, era bien divertida y tomó lugar en un pequeño teatro por La Latina. Una vez terminada la obra, nos sentamos en un bar cercano, tomándonos unas copas mientras esperábamos la llegada del reparto.
Sobre las 11pm decidí que no podía faltar a la última noche de Luz Madrid. Este evento tuvo lugar por muchos sitios por el centro de Madrid y consistió en una serie de instalaciones iluminadas alrededor de unos de los sitios y edificios más emblemáticos. Tenía la intención de ir durante los primeros dos días del evento, pero el plan karaoke y la tercera temporada de Sex Education me tenían distraído.
El camino al centro desde La Latina me hizo pensar que quizá mi idea no hubiera sido la mejor: empezó a caer el momento que salí del bar. Con mi paraguas en la mano no tenía miedo y bajé marchando hacia Cibeles, donde estaba la mayoría de las instalaciones.
El primer espectáculo iluminado que vi fue el que al final más me gustó. Los jardines enteros del Cuartel general del Ejército de tierra se habían convertido en una experiencia interactiva con luces, música y láseres.
Me acerqué y me quedé mirando por la valla durante un buen rato, empapándome en el ambiente surrealista creado por la instalación “Plan et Lumen” de Maxi Gilbert. Hubiera entrado en los jardines, pero iba contrarreloj y había otro espectáculo que quería ver.
La siguiente instalación se denominaba “Camino a la vida” de Juanjo Llorens y se veía en la fachada del Palacio de Cibeles, un edifico que mi padre llama como “the wedding cake” (la tarta nupcial). Esta obra iluminaba tanto el cielo como la fachada, con láseres apuntados hacia arriba y focos que iluminaban los alrededores desde los techos del palacio.
Mientras me encontraba en medio de una glorieta cerrada con las botas empapadas y la lluvia torrencial que me caía encima, se hizo medianoche y con ello terminó Luz Madrid. Volví por las calles abandonadas (todos se habían ido a casa cuando empezó la lluvia) y eventualmente decidí coger el metro de vuelta a casa.
El día siguiente ya dejó de llover, pero los cielos nublados me inspiraron a pasar el día comiendo y viendo una película en la casa de una compañera. Tras zampar un plato combinado, nos tumbamos bajo unas mantas para ver “Mujeres al borde de un ataque de nervios”. Me encantó la película, en particular la canción “Soy infeliz”, con la cual cerraré esta entrada de blog…