05.07.19 — Diario

Los premios Laus

Después de las visitas de muchos amigos que me han hecho compañía aquí en Madrid durante el verano, eventualmente tocó irme a otra ciudad yo – ¡esta vez a Barcelona!

Fui a la ciudad con mi compañera Rocío, porque íbamos a recoger una seria de premios Laus que ha ganado Erretres. Si te quedas preguntándote que son, los premios Laus son los premios de diseño más conocidos de España, ¡y fuimos a recoger dos de plata y un bronce! Había trabajado yo en uno de aquellos proyectos, así que los dos subimos al tren en Madrid y subimos a Barcelona.

Me and Rocío on the train to Barcelona.

Al llegar, fuimos directamente a la Barceloneta, donde paseamos por la playa. Cuando se acercaba la hora de la ceremonia y con mucho hambre, volvimos al centro, parando para merendar en el camino al hotel.

Apenas media hora antes del comienzo de las celebraciones, los dos llegamos a la habitación, dejando las mochilas y duchándonos con prisa para el camino corto al Museu del Disseny. Al entrar en el edificio, nos encontramos con nuestro otro compañero Marco, quien había ganado un premio para uno de sus proyectos personales.

Eventualmente nos instruyeron que nos sentásemos en el auditorio, el cual tenía un techo que me mareó bastante – ¡no creo que tantas líneas paralelas sean una buena idea, especialmente en un museo de diseño! Mientras mis ojos se ajustaban al espacio, pasamos el rato charlando y mirando la gente entrar. 

The interior of the Museu del Disseny, with the presentation screen showing sponsors. Taken before the event.

La presentación siguiente se presentó en Catalán, que me hizo tener que hacer un esfuerzo extra para entenderlo. Disfruté de ver todos los proyectos premiados, sin embargo, y de escuchar unos discursos al largo de la noche.

Cuando se habían entregado todos los premios, salimos del espacio, recogiendo los premios pesados de acrílico al salir. Acabamos todos en una plaza exterior, donde había cerveza y pizza gratis, ¡así que naturalmente aprovechamos de eso!

Ya que Rocío y yo preferimos una noche tranquila de playa en vez de salir de fiesta, y también por el tren temprano de vuelta a Madrid el día siguiente, pasamos de ir a un club y volvimos a la Barceloneta. Una vez allí, nos sentamos en una terraza en la arena, charlando más y tomando la última cerveza de la noche.

La mañana siguiente nos madrugamos y salimos a buscar un bar local para desayunar. Después de tomar un café volvimos a la estación para coger el tren a las 9am – ¡el final de otro viaje corto después de estar en Barcelona hace un par de meses para una reunión con un cliente! Esta vez, no obstante, por lo menos tuve la oportunidad de ver la Sagrada Familia…

The Sagrada Familia in its unfinished state, with a Barcelona boulevard in the foreground.
The view from our hotel room in Barcelona. The sun rises, illuminating buildings in a warm glow. A lone man walks through a courtyard below.
The Laus Silver award.

El viaje de vuelta duró tres horas, pero eso no fue nada comparado al viaje que iba a hacer más tarde ese mismo día, cuando cogí un tren de seis horas a Murcia para pasar un finde allí con mis padres. Os cuento más de eso en la próxima entrada de blog…